sábado, 30 de julio de 2011

Cuando eres renal pasan estas cosas.


Leyendo este post del blog El Supositorio empiezo a recordar cuando tomaba unas 40 pastillitas al día. Una ruína, eso de ser enferma renal. Sigo sin recetas de esas que no pagas nada. Yo pago. Una parte, al menos. Mis recetas del SAS son verdes, como mi esperanza de seguir viva y poder algún día volver a trabajar. Pero en este país los que pensamos así o somos tontos o tenemos alma de millonetis, porque es muy caro ser pobre y enfermo.

Tengo compañeros con menos de 40 años que una vez trasplantados dicen no querer volver a trabajar. Antes me dolía oirles que les bastaban los 300 euros de la "paguita no contributiva" y las recetas rojas, con las que aquí no te cuestan nada los medicamentos. Hoy les entiendo. Porque yo ni siquiera tengo eso. Y no estoy curada, sólo trasplantada. 

Sin embargo conozco huérfanos y viudas con mucho dinero que usan también esas recetas rojas para sacar hasta gasas que luego no usan. Ellos, cero euros, aunque les quede de viudos sólo el beneficio de no pagar, y hoy vivan con sus parejas de hecho, pero con todos los derechos, entrando en sus hogares reales dos sueldazos de los buenos.

Todos los españoles, dicen, somos iguales ante la ley. Pero seguirá siendo difícil ser crónica y multipatológica y terminal, mucho más que viuda alegre. Y lo de la viudedad sólo es una de las tantas injusticias. 

Beatriz González Villegas.

 

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miércoles 9 de febrero de 2011

Cosas de la financiación de los medicamentos

Un paciente con insuficiencia renal necesita medicamentos sofisticados y sencillos. 
Le financiamos epoetina a más de 250 euros la caja de 6 y no le financiamos el bicarbonato en comprimidos por lo que tiene que abonar más de 5 euros.
¡Que nadie toma el bicarbonato en comprimidos para la acidez!
¿Alguien revisa estos temas?