Luego dirán los que gobiernan en cada país que no hay que gastar en educación diabetológica, no. Pues como no gasten cuando estemos sanos, no llegaremos a viejos por un lado, y los que gobiernen en el futuro o se rascan los bolsillos, o nos van a tener que matar cortándonos a pedacitos sin más, aplicando la tanatoterapia más cruel que podamos imaginar.
Pero a lo que iba: temblandito estarían Claudio y su familia cuando entró en quirófano. Diez horas se pasó dentro. No es tanto, teniendo en cuenta que el doble trasplante, el de páncreas y riñón, lleva una media de 9 horas.
No sabemos cómo seguirá hoy Claudio. Esperamos que bien. Del Hospital Privado de la ciudad de Córdoba, Argentina, hablan bien los que salieron vivos. Siempre nos queda la esperanza, como les quedaba Paris a Rick y a Ilsa. Tiriri tirirí... Tócala, Sam; pero que nos dejen de tocar las narices por tener diabetes.
Beatriz González Villegas.