lunes, 18 de agosto de 2014

Quiero saber si hay alguna esperanza para los diabéticos tipo 1

En el blog Mi diabetes y mi páncreas recibimos hace tiempo una pregunta que no llegué a contestar porque hablaba de esperanza. No tengo ni idea qué espera cada uno de la vida. Menos aún de la enfermedad que padece.

- "Hola soy diabético tipo 1 y quiero saber si hay alguna esperanza para los diabéticos tipo 1."

Hoy me he animado a contestarle. Tal vez porque al volver del pueblo de mis antepasados, con las pilas cargadas, lo vea todo de verde.



Para nosotros hay muchos avances a día de hoy. Salen nuevos tratamientos cada poco tiempo.

Ya está ahí (en Estados Unidos) la insulina inhalada. Es cuestión de tiempo que la aprueben en Europa.

Para un control sin errores, y no invasivo (que bien falta que nos hace, que acabamos hartitos de pinchazos en los dedos) están practicando con un nuevo medidor de glucemia que obtiene los resultados colgandotelo en el lobulillo de la oreja, sin pinchazos, ni nada. No te cura la diabetes, pero, ¡narices!, es menos dañino.

Y siguen investigando para obtener células productoras de insulina, las células beta, que a nosotros nos faltan. Los diabéticos Tipo 1 debutamos en esta enfermedad porque nuestro sistema inmune considera "enemigas" a nuestras propias células productoras de insulina (nuestras células beta que andan en el páncreas formando islotes). Nuestro propio sistema inmune termina zampándose a todas ellas. Por eso hoy se está investigando con células madre, por un lado, y con células obtenidas de la piel, por ejemplo, para transformarlas en esas células beta que necesitamos. Serían igualitas a las que perdimos. Eso significa que, desde el momento que nos inyectan un puñado de esas células en, por ejemplo, el hígado, empiezan a producir la insulina justa que necesitamos en función de lo que comemos, o el ejercicio que hacemos.

Un pinchazo con el bolo (que así lo llaman) de células productoras de insulina, y nos convertimos de golpe en insulinoindependientes: es decir, que dejamos de precisar insulina inyectada, inhalada, o de donde venga fuera de nuestro cuerpo. Nos transformamos en diabéticos que, gracias a un tratamiento de células beta, dejamos de precisar insulina. Como decimos aquí: ¡un puntazo!(Traducido: una maravilla).

No tendríamos que tomar inmunosupresores, como los tomo yo, que estoy trasplantada de un órgano completo. Los inmunosupresores son enormemente tóxicos, por decirlo de alguna forma. Tienen muchísimos efectos secundarios. Por eso solo se nos trasplanta cuando somos pacientes terminales. Solo cuando las opciones son o morirse, o trasplantarse. Con el trasplante de células beta conseguidas de esa manera te libras de esos "daños colaterales".

Por otro lado, se están haciendo muchos avances respecto a lo que llaman páncreas artificial. Hasta ahora hemos tenido bomba de infusión continua de insulina. Yo la he llevado, y me ha ido mejor que nunca. Pues si es bueno llevar bomba, imagina lo que es unir esa bomba a un sensor que te mide la glucemia un montón de veces a la hora. Medtronic fabrica uno interesante.

Lo último en esa unión es implantarte bajo la piel el dispositivo. Ahora mismo andan fabricando distintos cacharros a este fin. Y los hay que hasta se controlan a través del móvil.

Así que sí. Hay avances para nosotros. Y esos avances son nuestra esperanza.
Pero si queremos que nuestro Sistema Nacional de Salud, el nuestro en España, o el que sea, donde sea, nos financie estos tratamientos tan novedosos que son lo más parecido a una cura, o nos unimos y peleamos por ellos desde asociaciones, o echamos una lotería primitiva cada día con la ilusión de que nos toque, y podamos pagarlos.



En términos estadísticos, lo más fácil es conseguir estas historias desde asociaciones, y asociaciones unidas sin el control del politiqueo barato, es decir, entre grupos de pacientes con pacientes. 

Creer en que nos toque la lotería, y que el lobo feroz y Caperucita Roja reviven cada vez que los leemos, es lo mismo. Pero allá cada cual con sus opciones de vida, o con sus posibilidades económicas.

Si eres de los diabéticos tipo 1 que, además de esperanza, tienen dinero, te felicito. Tu futuro será divino. El nuestro, humano. Y yo ando humanamente peleando con mis compañeros. Y ahí vamos avanzando, contándonos las cosas por teléfono, o desde blogs. Caminando al encuentro, ahora, de esas soluciones que marquen nuestro camino de baldosas verdes, no amarillas.
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Beatriz González Villegas.