sábado, 3 de agosto de 2013

La mejor herramienta para un diabético.

Creo, y lo defiende el Plan Integral de Diabetes de la Junta de Andalucía, que para los diabéticos, y hablo de los diabéticos tipo 2, que son los más, lo mejor es prevenir. Pero para poder prevenir la enfermedad y sus complicaciones hay que disponer de unas herramientas mínimas: información, formación, fármacos, estilos de vida saludables, y, por supuesto, dispositivos que le hagan posible al paciente que sufre diabetes saber cual es su glucemia. Por esos dispositivos, y sus fungibles, muchos hemos luchado hasta el aburrimiento: aburriendo a los que nos oyen, y aburriéndonos nosotros mismos, porque para lo/s que nos oyen...
 

Hoy me he encontrado una noticia en prensa que me ha dejado más patidifusa de lo que estoy normalmente. Aclaro: estar patidifuso, o francamente sorprendido, no es malo bajo mi punto de vista. Peor es que no te sorprenda nada, porque eso lleva al insorprendible al más normal de los hastíos.

Cada día salen publicadas en la prensa escrita muchas noticias acerca de la diabetes en México: que si pandemia, que si mejor prevenir que curar, y se llevan a cabo campañas informativas sobre prevención... Unos pocos andan desesperados, desde asociaciones o instituciones, para frenar la que pueda ser la enfermedad que endeude a la Sanidad mexicana hasta las trancas si esto no para, y la lleve a la ruina, o vaya usted a saber hacia dónde. Es lógico que todo un país se vuelque en una enfermedad que causa tantos gastos a un Estado, tantas pérdidas de vidas, y, lo que más les duele, tantos discapacitados dependientes.
 

Como es lógico, el sentido común me dice que algo no cuadra cuando una doctora en este país dice que la insulina es una alternativa de control de la diabetes que pocos conocen allí. Patidifusa, vaya.

"La insulina, una alternativa de control de la diabetes que pocos conocen y en torno a su aplicación existe una serie de mitos, aseguro la doctora Alma Rosa Márquez, directora de Enseñanza y Vinculación durante la realización de un taller de información".
 

Tras las palabras de la doctora, a la que creo a pies juntillas, el artículo deja de interesar, y pasa directamente a la parte financiadora de noticias como esta, con promesas dulces de futuro, y una clientela asegurada por siempre jamás, como en los cuentos de hadas. ¡Valientes hadas tenemos hoy!, vestidas por farmacéuticas, con trajes adornados con blisters de pastillitas, y tapones de bolis de insulina de colores según su rapidez voladora. Las Hadas Alonso van de amarillo, creo. 

Si en México el "grueso" (no aludo a obesos, ja me maten) de la población no sabe qué porras es la insulina, no sé qué hace el IMSS además de publicar en prensa (en periódicos que muchos mexicanos no leen) los problemas que acarrea tener diabetes. ¿Y si probaran con la droga mundial que es la tele?, en lugar del Chavo del Ocho (al que adoro), ¿El Chavo del Ocho... Unidades de Insulina?, ¿o poner a los héroes del pressssssing catch nombres como Insulino? y, por favor, me entiendan, no es mi intención ofender al país. Las asociaciones mexicanas de diabéticos están peleando muchísimo, y de forma muy seria, para cambiar los hábitos; tanto, que se han enfrentado a multinacionales fabricantes de refrescos como Coca Cola. Hay que tenerlos bien puestos para hacer eso. Por cierto, esas mismas empresas no han tardado ni un minuto en atacar con campañas agresivas en contra de los productos edulcorados "químicamente" (ay, como si la sacarosa en granitos blancos no fuese también un producto edulcorante elaborado con procesos químicos), y a su vez han ofrecido campañas bestiales en pro de sus productos sin azúcar. Sí que saben hacer márketing.

La insulina es una herramienta indispensable para nosotros. Es nuestra hormona. Es el tratamiento que nunca debemos olvidar. Es un horario,  un hábito, una forma de ser: ser alguien que padece diabetes. "Que pocos conocen, que pocos conocen"... ¡ja! Inviertan para que todos la conozcan, como invierte las marcas de tabaco o las "refresqueras" en publicitar sus potingues. 

Como decía el cuento de Pedro Cimales, aquel que se hizo rico vendiendo mierda: 

- Pulves, pulves, para matar les pulgues.
- ¿Y como se hace, Pedro Cimales?
- Coge le pulgui. Apre li boqui, echa le polvi y catan la morte".

Un idioma desconocido, pero atractivo, un acento curioso, y hasta las heces se hacen populares, aun teniéndolas que pinchar en vena.

Beatriz González Villegas.

Foto: Facebook.