El joven del autobús se desmayó a causa del calor
-El conductor fue despedido acusado de negligencia-
-El conductor fue despedido acusado de negligencia-
EPA \ Driss Elgharadi, el joven marroquí de 20 años que se quedó encerrado 36 horas en el autobús que cubre la línea entre Huesca y Sariñena, se desmayó y murió posteriormente como consecuencia del calor y de la falta de oxígeno. Así lo ha establecido la autopsia practicada al cadáver.
El fallecido, que estudiaba enfermería, padecía diabetes, por lo que la combinación de calor y escasez de aire para respirar pudo inducir una crisis glucémica de la que no pudo ser curado en la sección de Urgencias del hospital San Jorge, adonde fue conducido cuando el propio chófer del vehículo lo halló tendido en el interior de autobús, a principios de mayo.
El chófer fue despedido por la empresa donde trabajaba, que lo acusó de negligencia.
El joven del autobús tiene nombre. Se llama Driss Elgharadi. Y no perdió el conocimiento por un golpe de calor ni ocho cuartos. Lo perdió por sufrir una bajada de azúcar del carajo de las buenas. Y ya sí, tras perder el conocimiento y que nadie le echara en falta al bajarse todo el mundo acabó muriendo por falta de oxígeno, y por "calor". Con una hipoglucemia severa sudas a chorros. Si encima se quedó expuesto al calor en un horno como pueda ser un autobús cerrado a cal y canto, se juntaron "el hambre con las ganas de comer".
Este muchacho podías haber sido tú, o tu amigo que tiene diabetes tipo 1, o cualquier otra persona con diabetes tipo 2, lada o gestacional que no hubiera podido reconocer los síntomas.
El joven del autobús, el joven del autobús... Es y seguirá siendo una persona. Y un despido duele, pero perderle duele más. Que se lo pregunten a sus padres, que no podían pagarle un sensor de esos que llevan las niñas de papá, y que avisan. No ser rico (ya ni siquiera hablo de no ser pobre) y tener diabetes no es razón para que te consideren cuando mueras como "el joven del autobús". Y lo que más repatea es lo de que "se desmayó" por el calor. Calores les daba yo a los que no saben de esto, y se las dan de listos tecleando.
El día que podamos tener sensores y bombas de insulina, o eso que los que las venden llaman páncreas artificial, esto no pasará.
El día que nos puedan inyectar un chute de células productoras de insulina y disfrutar de un tiempo normoglucémicos, tampoco.
Mientras, hale, a seguir siendo difamados. Si la espichamos será por calores. Óle, di que sí.
Beatriz González Villegas.