jueves, 6 de noviembre de 2014

La diabetes no se cura.

La diabetes no se cura. Anoche volvieron a preguntármelo en Facebook. Más ganas de cachondeo que otra cosa. No será que no se dice una y otra vez. Pero tampoco es extraño que siga habiendo personas que oigan que esto es de otro modo, porque lo que mueve al mundo es el dinero, y de toda la vida, a lo largo de cualquier momento histórico en el transcurso de los siglos, han habido engañabobos que ofrezcan curas en botes, usando como mejor ingrediente la desesperación del que sufre.

Que no. Que no se cura la diabetes. Que hay tratamientos. Cada vez mejores, sí, pero nada de mágicos. Cada vez más caros, claro. Porque cada día somos más y más los que padecemos esta enfermedad incurable, silenciosa, sí, pero incurable, de la que muchos se enteran de lo grave que es cuando ya están "pal arrastre", y venderían hasta a su madre por librarse.

Si pones la palabra Cura en el buscador de tu ordenador seguro que antes o después aparecen casos donde la religión o la magia aparezcan. Soy católica. Lo de practicante... En mi pueblo llamaban practicante al que hacía de enfermero, y venía a casa a ponerle las inyecciones a mi abuela. No soy practicante. Al menos de esos. Pero como católica, y hablando de diabetes, te invito que eches un vistazo al caso de Lázaro.

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Jesús curaba. Vale. Curó a un ciego... a dos, a tres; Curó a muchos. En aquellos tiempos, para que hablasen tanto de ti no había que ser putero, ni hijo de cantante. Era mejor hacer milagros. Imagino que Jesús se hartó de hacer milagros, tanto como para tocarle las narices a los que mandaba, y que acabasen con su vida. Pero volvamos a Lázaro.

¿Jesús curó a Lázaro? Muchos diréis que sí. Estaba muerto, no estaba de parranda. La había "espichao". Pero para mí aquello no fue una cura. Fue un milagro. 

- Sí, sí. Ahora mandadme a la Inquisición por hereje.

La diabetes es como la muerte. No tiene cura. Solo tratamiento. Para que te curen de algo, tienen que quitarte ese algo. Si soy ciego y me quitan la ceguera, saltaría con un "¡coño, me he curao!", pero hoy nada me "quita" la diabetes. Ni a mí ni a ti. Te la tratan. 

Una reducción de estómago no te cura de esta enfermedad. Una bomba de insulina, tampoco. Ni siquiera una bomba con un sensor que te lo metan en un huevo, y que a la vez de medirte, de suministre insulina, y te transforme en normoglucémico es una cura. Tampoco lo de un trasplante. Y mira que hay por ahí nefrólogos vendiéndoles la moto a compañeros trasplantados de páncreas sobre que el trasplante les cura. ¡Anda ya, qué cura, ni qué cura! Cambias la insulina por un montón de inmunosupresores para que el páncreas que te han metido entre las tripas funciones. Pero funciona un tiempo. Luego, si te he visto, no me acuerdo. La cosa es que a muchos nefrólogos les viene de perlas decir que es una cura, y así mandar al cuerno a los endocrinos para que no entren, queriendo que sus futuros clientes de sus propias clínicas de diálisis duren más. Pero esto es largo de contar. Lo seguro es que con un trasplante, ni siquiera con un trasplante de células productoras de insulina, te han curado. Sigues, seguimos, siendo diabéticos. Es cuestión de tiempo.

Y Lázaro, ¿qué tiene que ver en todo esto? Al pobre no le curaron. Se había muerto. Y la muerte no tiene cura. Tiene resurrección. Porque curarte de la muerte es conseguir que no vuelvas a morirte. Por eso digo que la diabetes es como la muerte. No hay nada que, a día de hoy, sea irreversible con esta enfermedad. Porque no tiene cura. Siempre seremos diabéticos, aunque dejemos de necesitar insulina por un tiempo.


Beatriz González Villegas.

jueves, 23 de octubre de 2014

Última asamblea de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Andalucía

Este sábado pasado se ha celebrado en Córdoba la última asamblea de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Andalucía Saint Vincent. Unión y lucha han sido los lemas.

Imagen facilitada por Rafaela Domínguez, miembro activo de Apadi Córdoba.


El pasado 18 de octubre, sábado, se han congregado numerosos representantes de las asociaciones federadas dentro de la FADA Sant Vincent de toda Andalucía en la Fundación Miguel Castillejo de Córdoba, para celebrar una nueva asamblea que marcará las nuevas líneas de trabajo, y los equipos que las aborden.
La organización del evento corrió a cargo de Apadi, Asociación de Padres de Niños Diabéticos Cordobeses y de Rafaela Domínguez, miembro de esta entidad y fundadora de la primera federación.
Se aprobó por unanimidad la entrada de tres nuevas asociaciones: Adije, Asociación de Diabéticos de Jerez; Adisol, Asociación de Diabéticos Costa del Sol, y Diabetes 0, de ámbito regional. Con ellas son 25 las asociaciones que conforman actualmente la FADA.
Por otro lado, y debido a la premura por la celebración del Día Mundial de la Diabetes, el 14 de noviembre, se presentaron las actividades que se llevarán a cabo de forma conjunta: Una Marcha por la sensibilización por esta enfermedad organizada para el día 8 de noviembre en Sevilla, que recorrerá desde la Puerta de Jerez a la Avenida de la Constitución número 18, sede del Servicio Andaluz de Salud, “para forzar la puesta en marcha el Plan Integral de Diabetes y que cumplan los protocolos de actuación, con respecto a la atención de los diabéticos de Andalucía”; la entrega de premios en el Hospital Universitario de Valme, el día 12, a Bernat Soria, al programa Salud al Día de Canal Sur y a otras personalidades que han sido significativas a lo largo de la historia para estos enfermos; y la Jornada de Científicos, que apoyada por el director del Plan Integral de Andalucía 2.009-2013, el doctor Manuel Aguilar Diosdado, se celebrará en el Hospital de Antequera el 15 de noviembre.
Se han establecido cinco mesas de trabajo donde participan todas las asociaciones federadas. Cada una ha elegido la más acorde a sus propios intereses, aunque no habrá decisiones parciales, ya que la comunicación entre las distintas mesas será estrecha y fluida:

1. Investigación.

2. Campamentos.

3. Educación Diabetológica

4. Prestaciones.

5. Atención al Paciente Diabético.

Las reuniones serán continuas, tanto entre los componentes como con las Administraciones.
Con este plan de trabajo se espera obtener mejores condiciones de vida para todos los diabéticos andaluces y se anima a las asociaciones pequeñas, que aún no se han unido a que lo hagan. En la asamblea todos dejaron clara la idea que la fuerza es mayor cuantos más compongan esta Federación; y por otro lado, el espíritu de lucha ha sido uno de los aspectos más reclamados por los asistentes, y más aplaudido.

Fuente: FADA Saint Vincent de Andalucía.




Publicado en: http://www.lavozdeutrera.com/wp/?p=30487

martes, 14 de octubre de 2014

Día Mundial de la Diabetes 2.014 en Valme

Queremos invitaros a la celebración del Día Mundial de la Diabetes de este año en el Hospital Universitario de Valme. Vuestra presencia es muy importante para todos los pacientes que tenemos esta enfermedad.

El evento comenzará a las 12:00 de la mañana del 12 de noviembre en el Salón de Actos del Hospital. Intentaremos estar antes para organizarnos mejor, ya que os iremos reservando sitio.

Este día será una fiesta en la que entregaremos varios premios a personas que, por su trabajo, han sido significativas en nuestras vidas.

El Dr. Bernat Soria recogerá el primer premio en nombre de todas las asociaciones andaluzas, y será el Presidente de nuestra Federación quién le otorgue el galardón.

El programa de Canal Sur Salud al Día también será premiado por parte de todos. La presidenta de la Asociación de Personas con Diabetes Los Molinos, María del Carmen Lapeira García, le entregará la merecida placa al director y presentador D. Roberto Sánchez.

La asociación chiclanera Más Vida otorgará otro galardón a nuestros compañeros Francisco Pérez Barroso, y Francisco Gutiérrez, por todos los años de trabajo altruista que llevan dedicados para que las asociaciones andaluzas de diabéticos no desaparezcan, y sigamos unidos luchando. Hará la entrega doña María del Carmen Baena Silva, Educadora en Diabetes, y presidenta de Más Vida.


Únete a la fiesta. La Diabetes necesita de ti.

¡¡¡Nos acompañarán Anadis, Apadi, Más Vida, Los Molinos, El Naranjo, El Olivo, Adimo, Adicagi, Adipa, Adile, y muchás más!!!














Beatriz González Villegas








lunes, 18 de agosto de 2014

Quiero saber si hay alguna esperanza para los diabéticos tipo 1

En el blog Mi diabetes y mi páncreas recibimos hace tiempo una pregunta que no llegué a contestar porque hablaba de esperanza. No tengo ni idea qué espera cada uno de la vida. Menos aún de la enfermedad que padece.

- "Hola soy diabético tipo 1 y quiero saber si hay alguna esperanza para los diabéticos tipo 1."

Hoy me he animado a contestarle. Tal vez porque al volver del pueblo de mis antepasados, con las pilas cargadas, lo vea todo de verde.



Para nosotros hay muchos avances a día de hoy. Salen nuevos tratamientos cada poco tiempo.

Ya está ahí (en Estados Unidos) la insulina inhalada. Es cuestión de tiempo que la aprueben en Europa.

Para un control sin errores, y no invasivo (que bien falta que nos hace, que acabamos hartitos de pinchazos en los dedos) están practicando con un nuevo medidor de glucemia que obtiene los resultados colgandotelo en el lobulillo de la oreja, sin pinchazos, ni nada. No te cura la diabetes, pero, ¡narices!, es menos dañino.

Y siguen investigando para obtener células productoras de insulina, las células beta, que a nosotros nos faltan. Los diabéticos Tipo 1 debutamos en esta enfermedad porque nuestro sistema inmune considera "enemigas" a nuestras propias células productoras de insulina (nuestras células beta que andan en el páncreas formando islotes). Nuestro propio sistema inmune termina zampándose a todas ellas. Por eso hoy se está investigando con células madre, por un lado, y con células obtenidas de la piel, por ejemplo, para transformarlas en esas células beta que necesitamos. Serían igualitas a las que perdimos. Eso significa que, desde el momento que nos inyectan un puñado de esas células en, por ejemplo, el hígado, empiezan a producir la insulina justa que necesitamos en función de lo que comemos, o el ejercicio que hacemos.

Un pinchazo con el bolo (que así lo llaman) de células productoras de insulina, y nos convertimos de golpe en insulinoindependientes: es decir, que dejamos de precisar insulina inyectada, inhalada, o de donde venga fuera de nuestro cuerpo. Nos transformamos en diabéticos que, gracias a un tratamiento de células beta, dejamos de precisar insulina. Como decimos aquí: ¡un puntazo!(Traducido: una maravilla).

No tendríamos que tomar inmunosupresores, como los tomo yo, que estoy trasplantada de un órgano completo. Los inmunosupresores son enormemente tóxicos, por decirlo de alguna forma. Tienen muchísimos efectos secundarios. Por eso solo se nos trasplanta cuando somos pacientes terminales. Solo cuando las opciones son o morirse, o trasplantarse. Con el trasplante de células beta conseguidas de esa manera te libras de esos "daños colaterales".

Por otro lado, se están haciendo muchos avances respecto a lo que llaman páncreas artificial. Hasta ahora hemos tenido bomba de infusión continua de insulina. Yo la he llevado, y me ha ido mejor que nunca. Pues si es bueno llevar bomba, imagina lo que es unir esa bomba a un sensor que te mide la glucemia un montón de veces a la hora. Medtronic fabrica uno interesante.

Lo último en esa unión es implantarte bajo la piel el dispositivo. Ahora mismo andan fabricando distintos cacharros a este fin. Y los hay que hasta se controlan a través del móvil.

Así que sí. Hay avances para nosotros. Y esos avances son nuestra esperanza.
Pero si queremos que nuestro Sistema Nacional de Salud, el nuestro en España, o el que sea, donde sea, nos financie estos tratamientos tan novedosos que son lo más parecido a una cura, o nos unimos y peleamos por ellos desde asociaciones, o echamos una lotería primitiva cada día con la ilusión de que nos toque, y podamos pagarlos.



En términos estadísticos, lo más fácil es conseguir estas historias desde asociaciones, y asociaciones unidas sin el control del politiqueo barato, es decir, entre grupos de pacientes con pacientes. 

Creer en que nos toque la lotería, y que el lobo feroz y Caperucita Roja reviven cada vez que los leemos, es lo mismo. Pero allá cada cual con sus opciones de vida, o con sus posibilidades económicas.

Si eres de los diabéticos tipo 1 que, además de esperanza, tienen dinero, te felicito. Tu futuro será divino. El nuestro, humano. Y yo ando humanamente peleando con mis compañeros. Y ahí vamos avanzando, contándonos las cosas por teléfono, o desde blogs. Caminando al encuentro, ahora, de esas soluciones que marquen nuestro camino de baldosas verdes, no amarillas.
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Beatriz González Villegas.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Las chanclas, esas "enemigas" de los diabéticos.

Cuando llega el verano, los diabéticos tenemos un problemilla a tener en cuenta; uno más, claro. Y ese problemilla no es otro que el calzado.
Queremos ir cómodos, por supuesto. Y también frescos y libres como pájaros. Lo malo es que si no obedecemos las indicaciones de nuestros educadores y educadoras en Diabetes nos puede salir caro, y convertirnos en "pajarracos" doloridos por una úlcera. 

Lo del calzado en verano puede ser una cruz para nosotros, pero, si encima eres chica, la cosa se pone peliaguda. Seguro que habéis conocido a alguna compañera que trabaje en un lugar público donde haya que estar sexi "por decreto". En esos trabajos no te dejan ir con zapatos planos normalmente, luego muchas chicas usan taconazos criminales. Y en estas fechas, llevar tacones y avíos protectores como medias, con el calor que pasamos, no es posible.

Una de mis compañeras diabéticas trabaja en un bar de copas por la noche. Es guapa de las de tirarse de los pelos. Y va como digo, como una torreta, con tacones de vértigo. Ay, qué mala es la envídia, y qué malos los celillos.

Hace poco me la encontré, y calzaba unas chanclas que la separaban del suelo que pisamos las mortales feuchas al menos diez centímetros. ¡Chanclas! Sí, sí, qué envidia cochina. Lo malo es  que me contó que tenía una ulcerilla de nada entre el dedo gordo y el siguiente, que como es del pie no solemos llamarle anular, pero lo es, lo es. Si llevásemos bata blanca, diríamos "úlcera entre el primer y segundo dedo" (digo yo...).

No la he llamado hoy, pero imagino que ya tiene el pie bien. Está más sana que una pera. De todos modos, no puedo olvidar los consejos que nos dio el profesor de la Facultad de Podología de la Universidad de Sevilla, don José Ramos, hace unos años: en verano, nada de chanclas. Calzado de piel, cómodo y todo eso, ¡y hay que llevar calcetines de algodón! ¡Ea! Él nos dijo que lo hacía, que iba en verano con zapatos con el talón protegido, tipo sandalias semicerradas, ¡y con calcetines!

Vale, está bien. Aclaremos a los que nos leéis desde otros lados: ir así en España es, o cosa de profesores de Podología, o de alemanes jubilados. Y en imágenes, éstas podrían definir bien lo que supone ir de esa manera:



Porcentaje de seguridad de los métodos anticonceptivos actuales.
Cuando me amputaron el dedo gordo de mi pierna izquierda, la que sufrió una trombosis mientras me trataban por el rechazo, le pregunté a mi cirujano vascular (que, por supuesto, es el mejor del mundo sin lugar a dudas, el Dr. González, del equipo del Hospital Universitario de Valme) qué zapatos podía usar, porque ya antes había estado viendo en alguna tiendas especializadas ésos que venden que parecen los de los payasos de la tele, o los otros que más bien son una copia exacta de los que pudiera haber llevado mi tatarabuela, él, con su media sonrisa en la cara (y digo yo que era media sonrisa, porque con lo alto que es, y lo bajita que soy, la luz en toda mi cara, y los nervios, veía menos que un gato de escayola) me contestó que, sobre todo, un calzado que fuera cómodo para mí, ya que sabía de mis prejuicios ante las horteradas ortopédicas.

- ¡Toma, toma, y toma!- pensé yo. ¡Cómodos, y amén! 

Gasto una pasta gansa en zapatos, pero son buenos buenos, planitos, cómodos, de piel, con suela almohadillada, y todas esas zarandajas; pero consigo que la gente no se asuste al mirarme hacia abajo. No, ahí, no. Abajo del todo.

Os cuento eso como experiencia personal; pero si lo vuestro es chanclear en veranito, ahí tenéis consejos que han publicado por ahí, y que creo que se deberían tener en cuenta por todos, moros o cristianos, de Villarriba o de Villabajo, o del norte o del sur.

- ¿Chanclas?
- Usted verá. Los pies son suyos. Pero luego no lloriquee. ¡ja!

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Consejos para utilizar bien las chanclas
Pueden generar lesiones por un uso indebido
Muchas personas las utilizan para ir por la calle
La web de Asociación Americana de Podología Médica da algunos consejos

02.08.14 | 00:00h. Informativos Telecinco |

Las chanclas en verano no solo se utilizan para ir a la piscina o la playa, sino para andar por la calle. El problema es que un uso indebido y excesivo de este tipo de calzado puede generar lesiones en los pies. Por esto, la Asociación Americana de Podología Médica ha dado algunos consejos solo cómo utilizar bien las chanclas para no tener que sufrir estas lesiones.

Muchas personas utilizan las chanclas para ir por la calle, pero como no están hechas para nada más que ir a la piscina o a la playa pueden generar problemas en los pies. La Asociación Americana de Podología Médica ha dado los siguientes consejos:

Lo que debemos hacer

- Comprar chanclas hechas con piel suave y de alta calidad. La piel minimiza las ampollas y otros tipos de irritación.

- Doblar con suavidad la chancla de principio a fin, asegurándonos de que se dobla en la base de los dedos. Los zapatos de cualquier tipo no deben doblarse por la mitad.

- El pie no debe sobresalir del filo de la chancleta.

- Utilizar un par de chanclas fuertes al caminar alrededor de una piscina pública, en la playa, en las habitaciones del hotel y en áreas de vestuarios. Caminar descalzo puede exponer las suelas de los pies a verrugas plantarse y pie de atleta.

Lo que no debemos hacer
- No utilizar chanclas de un año para otro. Inspecciona los pares antiguos que utilizas. Si muestran signos de desgaste grave, deshazte de ellas.

- No ignorar las irritaciones entre los dedos, donde se ajusta el dedo gordo a la chancla. Esto puede conducir a ampollas y posibles infecciones.

- No utilizar chanclas mientras se caminan largas distancias. Incluso las chanclas más duras ofrecen poco en términos de absorción de choque y apoyo del arco.

- No realizar trabajos de jardinería mientras se utilizan chanclas. En estos casos hay que usar siempre un zapato que proteja por completo los pies mientras se realizan las actividades en exteriores como desbrozar el jardín o cortar el césped.

- No realizar deportes utilizando chanclas. Esta práctica puede conducir a una torcedura de pie o tobillo, así como esguinces y roturas.

Publicado en http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/chanclas-lesiones-pies-consejos-uso_0_1836975412.html

domingo, 3 de agosto de 2014

La diabetes y los platillos volantes.

Día a día se va avanzando más y más sobre el conocimiento de la diabetes. No hay semana que no aparezca una publicación acerca de nuevos avances sobre esta enfermedad, bien sobre las causas, sobre los tratamientos, o sobre tonterías. Hoy me dedicaré a las tonterías.

He de admitir que me gustan los misterios, y no solo los que se refieren a cómo es posible que en un centro público sanitario haya un tratamiento, y no en el de al lado. Misterios hay demasiados, ya, es verdad; pero me gustan. Son pequeños o grandes retos. Claro que no hay dos retos iguales: no es lo mismo adivinar si una puede subir sin ayuda al Veleta, que identificar el color del sujetador de la chica que taconea hacia ti, por casualidad, en una acera, sin haberle mirado el escote. Como diría Alejandro Sanz, "no es lo mismo", pero todo lleva intrínseco un poco de misterio.

Si os gusta la ufología, no me podréis negar que eso de pasarse jornadas enteras esperando ver un OVNI tiene gracia. Más aún si os lo tomáis como una afición motivadora dentro de vuestra vida. En mis años mozos he sido una gran aficionada a la paleontología, y os aseguro que no hay emoción igual a la de encontrarse en un paseo una piedra con algún rastro identificable. Es un subidón. Nunca lo he comprobado, pero imagino que la adrenalina que se suelta en ese momento es digna de subirte el azúcar cerca de las nubes, con todo el jaleo que eso conlleva, pero aún así los amantes del "fosileo" lo hacemos. Cada afición tiene algo de esto, de esa sensación de ponerte a mil. Pues imaginemos a un ufólogo, que es a donde iba desde el principio (mi manía de caminar en espiral antes de aterrizar...)

Hoy he leído algo que no quiero dejar de comentaros por esa "mijita" de mala leche que tengo, y es un titular que si no te ponen los misterios es para darle una patada al ordenador: Diabetes por extrañas luces celestes. Las luces de las que habla no son las de la poli, que bien podrían ser. No. Pero aparte de lo extravagante del titular, hay una frase que tiene su intríngulis: "¿Cuántas personas conoce usted que hasta un infarto han llegado a sufrir por el susto que llegan por lo regular a causar esas apariciones misteriosas en los cielos, lagos, ríos, montes y demás?"


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Pues sí. ¿Cuántos conocéis? Un infarto por una aparición misteriosa en, por ejemplo, la cama es digna de infartazo si la que se aparece es una modelo de Victoria´s Secret de carne y hueso, bien por el susto que supone toparte con alguien que no estaba invitado, o por el subidón victoriano victorioso de la modelo a la vera del futuro infartado. Al pobre se le acelería el pulso, se le subirían la tensión arterial y otras muchas cosas, hasta el punto de perder el corazón por la moza. Sí señor. Es posible. Luego tampoco sería extraño que ocurriera eso por una visión inexplicable, paranormal rara, o para normales raros. Hasta ahí lo creemos.


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Claro que lo que sigue es algo más intragable si hay que relacionar diabetes y platillos volantes: Javier sin apellido, de cuarenta y algún años, ve un OVNI. Tras ese día se encuentra mal (como poco, diarrea emocional). En el hospital le detectan cuatro gramos de azúcar en sangre (la adrenalina hizo su efecto); Vamos, que estaba para regalar mermelada a un vampiro. Y, ¡tachán!, le mandan dieta (toma ya) y tratamiento. De todo este proceso no hay nada anormal. Y la clave es la dieta, porque me da la impresión que Javier, de tanto mirar al cielo, no era muy deportista. Así que me lo imagino obeso (digamos que de barriga cervecera, y donuts a tutiplén). Con este perfil no es que haya debutado con una diabetes tipo 2 de golpe y porrazo. Es que (y todo suposición, como cuando se quiere desvelar un misterio hasta llegar a la parte interesante del escote del que hablaba antes) posiblemente Javier tuviera ya una diabetes latente, o, peor todavía, sin detectar. El susto, el malestar del susto..., y la cadena se cierra en el hospital con los resultados de unos análisis que siguen la fórmula del método científico, y no del esotérico.

Imagen 3 Barrigas cerveceras.
Sí hay que valorar la historia. Todos deberíamos animar a los demás a tener una afición como eso de la ufología, porque por algún lado se verá una luz que lleve a la la luz de un centro médico, y ahí se diagnosticarían muchos de los diabéticos que viven en peligro por padecer una diabetes sin saberlo.


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¿Qué sale más barato, organizar mesas de despistaje (que no son las que usan los trileros para despistar a los futuros timados), o animar a que muchos más se dediquen al esoterismo? No lo sé, pero, por si acaso, el miércoles 6, en Triana, República Independiente, al otro lado de la frontera fluvial del Guadalquivir sevillano, José Manuel García Bautista tiene organizada una salida en busca de los misterios del barrio, los fantasmas famosos y más sonados (no hay fantasma que se precie que sea silencioso hasta el fin de sus días), y de todo lo que pueda dejarnos ojipláticos. Cinco euros por cabeza y no solo se divertirá todo el que asista, sino que se tiene una oportunidad genial de poder detectar alguna que otra diabetes oculta, tan oculta como los refajos de la imagen etérea de la Susona por la calle de la Muerte de Santa Cruz. Ahora sí que pegaría aquí una risa de esas de Historias para no dormir. ¡Juá jo jo jo jooooo!



Beatriz González Villegas.









Artículo sobre luces celestes y diabetes: http://www.tercermilenio.tv/es/opinions/39-diabetes-por-extranas-luces-celestes

Ruta Misteriosa Oferta 2×1: TRIANA MISTERIOSA (casas encantadas y fantasmas) – 6 Agosto. http://revistavocesdelmisterio.wordpress.com/2014/08/03/ruta-misteriosa-oferta-2x1-triana-misteriosa-casas-encantadas-y-fantasmas-6-agosto-5/

Diabetes Por Extrañas Luces Celestes

Diabetes Por Extrañas Luces Celestes

miércoles, 30 de julio de 2014

El cabreo comprensible tras una muerte absurda por trasplante.

Hoy colgué en el blog un comentario que posiblemente sea de María de los Ángeles Menéndez Celaya, viuda de José Álvarez, vecina de un pueblo asturiano al que tengo un cariño especial porque fue donde mi amigo Pedro, también trasplantado de páncreas y de riñón, vivió de chico: Tineo.
José, marido de la señora que hizo el comentario, murió después de ser trasplantado de hígado.

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Imagen: José Álvarez Arias.
En 2.011 se publicó un titular como poco "curiosín", como dirían en la tierra de José: 

Cuando un paciente lee algo sobre algún "récord" en asuntos de gerencia sanitaria, debería ponerse en alerta porque la Medicina no se hizo para ganar premios, ni carreras, sino para mejorar el estado de quien padece una enfermedad. Las prisas en Salud no sirven más que para acumular errores. Y mire usted por dónde, gracias a un comentario anónimo, supimos que también en este tema del Principado había una cara be que le costó la vida al marido de Ángeles (que seguro que allí la llaman Gelines, como a mi tía).

Según la autora de los comentarios que nos fue enviando, que como digo supongo que es la propia Ángeles, el cirujano que intervino a su marido cometió una terrible negligencia médica, porque, por eso de los récords, le injertó un hígado que no estaba ni para las rebajas de los outlets; y esa birria de órgano en mal estado le costó la vida a su marido. 


Si hay publicado algo sobre el el resultado de la demanda que les plantó Ángeles Menéndez a los responsables del fallecimiento de su marido, yo no lo he llegado a ver. Sólo sé lo que nos ha comentado en la entrada.

Por supuesto que todos los profesionales médicos merecen nuestro respeto, pero todo tiene un límite.

El mundo de los trasplantes es un misterio para muchos. Si hay o no comisiones por trasplante realizado, no tengo ni idea. Pero sólo me queda poder reflexionar sobre los porqués. ¿Por qué hay que hablar en prensa de que en este sitio, o en otro cualquiera, se trasplanta más que en otro?, ¿acaso eso significa que se cumplen objetivos, o es solo un acto de autobombo, de publicidad? Y si el SNS es uno, ¿de qué sirve esta competencia entre Comunidades Autónomas, o peor aún, entre hospitales de una misma Comunidad?

Más calidad y menos cantidad es lo que los pacientes queremos. Y cuando coinciden ambos items, perfecto, pero para poder decir que coinciden hay que ver resultados dentro de nosotros, los pacientes. Y eso requiere tiempo, tiempo que los gerentes que dirigen hoy algo no les interesa, porque cuando se compruebe el éxito de su estrategia, posiblemente ese mismo gerente ya esté defenestrado políticamente. 

Esto del éxito en trasplantes se debería medir en años de supervivencia de los que hemos sido trasplantados, en años de supervivencia reales de los órganos injertados, y en la calidad de vida de esos años; solo así nosotros, a los que se nos interviene, podríamos decidir antes de ser intervenidos. Y solo así, los que gestionan las intervenciones, podrían ver en sus malditas estadísticas si ahorran o no realizando estos trasplantes. 

Ya está bien de pensar en solidaridad cuando nos operan. Las peras, al cuarto. Se trasplantan riñones porque es más barato a corto plazo que dializar. Veremos a ver si se mantienen las mismas cifras de intervenciones cuando salgamos más caros porque vivamos más de lo que costamos. No hablo en broma. Es así. 

Al doctor Ignacio González Pinto hay que agradecerle todos sus éxitos en quirófano. Sus éxitos con supervivencia.

A María de los Ángeles Menéndez Celaya, viuda de José Álvarez, víctima de un error, le doy de nuevo el pésame. Si hubiera muchas como ella, lo de firmar hígados no se vería jamás, ni tampoco lo de confundir un hígado con una fabada.







Beatriz González Villegas.





La espera regional para el trasplante de hígado, en Asturias, es de 50 días, la más corta de España.  http://www.lne.es/sociedad-cultura/2011/02/18/espera-regional-trasplante-higado-50-dias-tercio-media-nacional/1035282.html
Reclaman 194.000 euros por la muerte de un hombre tras un trasplante de hígado en el Hospital Central http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/04/28/reclaman-194000-euros-muerte-hombre-trasplante-higado-hospital-central/907282.html
El Hospital Central suspende un trasplante de hígado por falta de enfermeras http://www.tablonenblanco.com/smf/index.php?topic=7031.5;wap2

Cirujano británico habría dejado su firma en un hígado http://atp-pancreas.blogspot.com.es/2013/12/cirujano-britanico-habria-dejado-su.html

viernes, 11 de julio de 2014

La crónica friki de un ingreso cojonudo por rechazo renal.

He entrado al facebook, y he leído que algunos amigos me han preguntado qué tal me fue el ingreso por el que pasado estos últimos días. ¡Madre del Amor Hermoso!

Llegué a consulta de Nefro el viernes pasado, después de ir a la de Endocrinología en el Hospital Civil, tal y como estaba programado desde hacía tiempo. En Málaga tenemos el Hospital Regional Universitario Carlos Haya, que es un cóctel de por lo menos tres hospitales, que están distribuidos en distintos puntos de Málaga capital como cuetan los que saben.
ImagenProfesionales que trabajan en la unidad de diabetes del servicio de endocrinología del Hospital Regional Carlos Haya. ::SUR
Estuve en Endo. Todo bien. Hasta vi a la Dra. Soledad Ruíz de Adana, que para mí es mi estrella. Se marchaba porque se iba de vacaciones dejando a un equipo extraordinario a cargo. Y como decía, al llegar a Nefro, y pasar mi papel de cita a la administrativa, apareció al poco tiempo mi médica, que como es bien alta, tiene una voz de bajo que retumba; y delante de todos soltó mi nombre, con cara de mala leche; tras eso, un "tenemos que hablar". Ufff, aquello me olió a chamusquina, porque es lo que dicen las novias a los novios cuando quieren bronca.
Me levanté de un salto de la silla ésa de hierro (o de otro metal, o qué sé yo) que han puesto en la sala de espera, que más bien serviría de "romperriñones" en una sala de tortura de Juego de Tronos; y cuando estuve frente a ella, y delante de todos, que se habían quedado "pasmaos", expectantes, me escupió un "llevamos esperánlola desde las nueve de la mañana, con una cama reservada para biopsiarle el riñón".

Mal empezamos, pensé. ¡Mecachis! Encima tengo ese defecto, que cuando me tortean no pongo la otra mejilla. Así que me salió de dentro responderle en su mismo idioma con un "de momento no tengo telepatía, y si no me avisan, no sé a qué hora he de acudir a mis citas". Y ahí empezó la discusión más estúpida que jamás he vivido dentro de un centro sanitario.

Que si su jefe -con el que tuve que hablar días atrás rogándole una solución a lo de la biopsia por rechazo, y pedirle que "si estaban tan hartos de mí" yo misma solicitaría acogerme a mi derecho de Libre Elección de Especialista y Centro, y pedir que me atendieran en Sevilla, y así no se iban a sentir nunca más jodidos jorobados por mi menda; y él, el jefe, al que encima aprecio porque me ha demostrado en otras ocasiones que es un hombre que se preocupa por sus pacientes, venga conque "no, que no, que aquí es donde estamos habituados a tratar a pacientes como usted" (cuando dijo "como usted", imagino que se refería a mi condición de doble trasplantada de páncreas y de riñón, y no a mi calidad de protestona)-, su jefe, como decía, me había dicho según ella lo de las nueve. Que tenía que estar allí a las nueve. Y yo que no, que lo que él me dijo es que fuera a mi cita como siempre, y luego ya me ingresaban,... y todo esto con público delante. Que digo yo que de qué sirve lo de la intimidad, o privacidad del paciente, y esas cosas tan bonitas que se publican, que al parecer se cumplen solo en las mentes felices de los "fumaos" de maría.

Lo que pasó después dentro de la consulta fue más un tercer grado, sometiéndome a presión, buscando tal vez que me derrumbara y le pidiera perdón, cosa que no sé si haré algún día, cuando vea la luz; Ella, negando todo lo que yo le recordé que dijo el mes anterior (en la cita del 23 de mayo del 2014) cuando me diagnosticó el rechazo, repetía una eterna letanía, "qué fuerte, qué fuerte" entre dientes, negando todas mis palabras. Los cojones.
En mayo, y con voz dulce de caramelo, casi en un susurro, dijo que tenía los anticuerpos al 95%, y que aquello era rechazo. Que me tendrían que biopsiar el riñón. Que esa misma tarde no me tomara el Sintrón, y me pinchara heparina. Cuando le pregunté quién me prescribiría la heparina (que ahora resulta que cuesta carilla, aproximdamente 130 € la caja, según me han ido informando en distintas farmacias), ¡zas! ¡fin de las prisas! "Bueno, eso ya en Sevilla".

Y sí, es verdad lo que ella recordó, que le dije que vale, en Sevilla, porque aquel día era viernes, veintitrés de mayo, como ya recalqué; y el lunes siguiente tenía mi cita sintronera. Ahí es donde te miden el INR, y si tienes que pasar a otro potingue, ellos, los hematólogos, (o en mi caso, el enfermero que lleva la consulta de los anticoagulados, que acabó enviándome a Valme, porque... en fin...) deciden qué cantidades, y qué mandarte que tomes, o te pinches, y lo hacen sin que llore ningún gestor.

En ese momento, en lugar de empezar a investigar cuánto cuesta la heparina, y poner en tela de juicio lo que estaba oyendo, en lugar de sospechar las razones por las que se acabaron las prisas, preferí obedecer. Sí. Obedecer como borrega. O como paciente que prefiere confiar en su especialista.

Obedecí hasta que salí del hospital, y empecé a rumiar toda aquellamierda incongruencia; Entonces empecé a llamar a los responsables españoles de nosotros, los trasplantados de páncreas, porque sigo sin entender por qué no se nos trata a todos igual, por qué hay que cargarle a la zona sanitaria donde vivo los gastos de mis medicamentos, si -¡coño!- la factura final la paga el Estado, no una comunidad Autónoma, no una provincia, ni un hospital determinado, y no otro. Sale de las arcas que se llenan con los impuestos de todos: de vosotros, de nosotros...

Resultado: ingreso desde el viernes hasta el lunes. Luego dirán que una cama ocupada cuesta un potosí. Mientras dicutíamos "usted me dijo", "qué fuerte, qué fuerte, yo no le dije", me espetó un "¿dónde está tu marido", como si para ser enfermos tuviéramos que llevar acompañante por obligación, un acompañante que le sirviera de testigo a ella, claro. Le respondí "trabajando", ya llena de rabia; y en cuanto comentó que haría falta un testigo, acostumbrada como está a que no lleve más testigo que mis bragas, le pregunté

- ¿Quiere un testigo?

Me levanté, pasé por la oficina de las administrativas, salí a la sala de espera, y desde la puerta, y en voz bien alta, porque allí todos estaban con las orejas bien tiesas, atentos a lo que pasaba dentro, me dirigí a mi hermana* con un "entra, que quiere un testigo". Y ya dentro, como digo y reconozco, cabreada, y en plan sarcástico, le solicité entonces que trajera ella otro testigo, uno médico. No sé cuál de las dos seguía más al pie de la letra eso de "No quieres caldo; pues toma tres tazas".

Al grano: en lugar de marchar a mi casa a 250 km de ese hospital, y volver el lunes aunque fuera a las seis de la mañana, delante de los dos increibles testigos comentó que no me dejaba ir porque ¡a saber qué diría nada más salir de la consulta! Vamos, de película, como si los pacientes fuéramos reclusos que al entrar en planta por ingreso se les requisaran móviles, ordenadores, o las prótesis de la pata de palo donde pudiéramos llevar una radio que nos conectase con la CIA... La excusa para dejarme allí cinco días es que así tenía asegurada la cama el lunes, cuando llegasen los equipos de biopsia. Cama, aunque apareciera supermán, el equipo A, o la fuerza de la marabunta.
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Lo bueno es que han sido cinco días fantásticos, en una habitación de tres camas, con dos compañeras geniales, con las que he compartido chistes, anécdotas, y hasta historias de terror. Más. Con un personal, tanto sanitario como no sanitario, que no puede ser mejor de lo bueno que es, sin malos rollos, sin mala follá, y solo puedo hablar bien de todo lo vivido. Lo que me digan sobre el riñón cuando llegue el informe dentro de tres o cuatro semanas ahora no me importa ni un comino. Ya todo va a ir mejor de como ha ido hasta ahora. Es lo bueno de pringarse en lodo. Tras eso, todo sabe a dulce.

A mis amigos virtuales del Facebook solo les puedo decir gracias por acompañarme en ese sitio. Gracias de corazón. Como a todos los que se acercan al blog. Esto es verídico. La Ciencia ficción habrá que buscarla en las noticias que (y vamos a hablar en plata) bien que se paga en los medios para que salgan rositas rositas rositas.




*Pobre de mi hermana. Para una vez que me acompaña a consulta, se ve obligada a vivir una escena sainete.
Sí, todo esto puede sonar a chulería de  un paciente harto; sonar, puede sonar, sí. Pero cuando con testigos se me pedía que entendiera que en consulta los profesionales sufren mucho estrés, tuve que recordar que como paciente que espera no perder su riñón trasplantado también sufro estrés, y que en esto casi soy profesional. No en estresarme, que también, sino en vivir con una enfermedad, y tener como obligación contarlo, que, al fin y al cabo, es hoy mi trabajo. Porque estas historias no deberían repetirse nunca. Ningún otro médico debiera pasar por esto, ni ningún enfermo.

Beatriz González Villegas.

jueves, 10 de julio de 2014

Para la diabetes no hay curas milagrosas.

Para la diabetes no hay curas milagrosas. No lo digo yo, lo decían nuestros especialistas en Endocrinología en el XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes que se celebró en Sevilla, en abril de 2013. Ni se cura aún, ni se logra hacerlo con una operación: ni con cirugía bariátrica, ni con trasplante. Con ambas historias se trata. No se logra dejar de ser diabético definitivamente. 

Estoy trasplantada. No necesito insulina desde el trasplante. Pero tengo diabetes tratada con un tratamiento de trasplante renopancreático, y soy insulinoindependiente. Dicho así puede sonar a chino. Traducido, es que tengo  el azúcar controlada, y mi tratamiento ahora no es a base de insulina, sino a base de mantener vivo dentro de mi cuerpo el páncreas que me donaron. Ese páncreas me da la insulina que necesito según lo que coma o haga, y, de momento, no necesito insulina pinchada para sobrevivir. Pero sigo siendo diabética, digan lo que digan algunos nefrólogos que para vendernos la moto del trasplante de páncreas nos sueltan la milonga de que, tras las 9 horas de quirófano con las tripas abiertas, dejamos de ser diabéticos. Pero la razón para la que larguen eso es de índole de gestión sanitaria y económica, y tiene mandanga.

Hoy quiero contar lo que suelo ver últimamente con más asiduidad, y que me molesta bastante. Me refiero a esos que publican y promueven la cura definitiva y maravillosa de esta enfermedad, bien a base de yerbas, bien con soluciones mágicas, que cuestan al final un huevo*.

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Hoy descubrí que un tal Williams habían hecho un comentario en una entrada. Ese Williams, para mí que no es más que un spam; vamos, que es más vírico que el que causa el dichoso ébola. Decía lo siguiente:

"Me gustaría informarles el gran éxito que he tenido con mi Diabetes de Tipo II. Luego de un mes de haber leído este libro, me las arreglé para reducir mi dosis de medicamentos entre el 50 y el 80%. Mis niveles de azúcar en sangre solían estar por encima de 200 y 300.
Ahora están en 100 y por debajo de 100. Como extra he perdido 8 kilos. Estoy camino a una vida libre de diabetes y más feliz que nunca.
Nunca podré agradecerle lo suficiente por darme una nueva vida gracias a este libro que me curo de la diabetes.
Descarga el libro aquí", y aquí venía una dirección de alguna página que vaya usted a saber qué contenía.


Bien, seamos candycandy. El hombre ha encontrado un libro, lo ha leído, ha seguido sus consejos, ha perdido 8 kilos y ha mejorado sus glucemias. ¡Supercalifragilisticoespialidosamente fantástico!, ¡divino de la muerte!, ¡ay, omá!

- ¿Posible?
- Por supuesto.

Hasta aquí, sí. Pero eso se consigue siguiendo los consejos de cualquier endocrino que se precie, de la doctora Paloma en La Báscula de Canal Sur, de lo que ponen en la página de la Asociación Americana de Diabetes, la Valenciana, o de cualquier otra que no dedique su tiempo a hacer espiritismo, sino a informar y formar a los compañeros, con el objetivo de mejorar sus vidas, la de quien publica, y la de quienes se asocian. 

¿Libros mágicos? ¡Já, ni en el cuento de Blancanieves! Ni libros sagrados, ni alpistes, ni ungüentos, ni ortigas, ni pollas en vinagre gallinas pequeñas en ácido acético te eliminarán la diabetes per saecula saeculorum, para siempre jamás.

Así que lo siento Williams de la vida. Nací en el lado oscuro, y no me creo ni lo que dice mi sombra. Del comentario que dejaste, lo importante es presentarnos un libro, ¡ja! Y este blog no es para dar publicidad a ninguna empresa que venda milagritos caros para crédulos con pelas, o ingenuos desesperados, capaces de vender a su madre con tal de encontrar el Santo Grial del azúcar. Hoy por hoy lo que hay es lo que hay. Y si quieres que confiemos en esa biblia tuya que es el santa sanctorum de la diabetes, ¡coño, dinos cómo se llama! No vaya a ser como el dios de aquellos, que por no fastidiarlo no podían decir ni su nombre, no fuera que les cayera un rayo, y les partiera a cachitos, que es como nos va partiendo esta asquerosa enfermedad a nosotros realmente. Es crudo, claro. Pero la vida es dura.

Hale, hijo, un abrazo, y a otro sitio a tomar el pelo a quien lo quiera. Fíjate si hay gente que se deja tomar el pelo, que el planeta está lleno de calvos.




*Cuando decimos aquí que algo cuesta un huevo nos referimos a que es tan caro como si vendieramos esa parte tan imprescindible para el hombre. Vamos, a que sale muy caro. Una niña bien, de las de melenita rubia y con pendientes de perlas en las orejas, habría escrito "bien con soluciones mágicas, que resultan verdaderamente costosas". Pero si me váis conociendo sabéis ya que soy otra cosa escribiendo.

Bea, la de la bomba, que sigue "cabreá".


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Beatriz González Villegas.

miércoles, 2 de julio de 2014

Zarzuela del Monte, salud y comunidad rural, desde Synáptica

Si os gusta que el conocimiento en Salud se disperse de manera sinérgica, os gustará el proyecto que comenzó en El Madroño, Sevilla, de la mano de este grupo de amigos que os presento en esta web. Synáptica.

Es posible hablar de salud de tú a tú entre los que mandan, los que curan, y los que padecemos. Como muestra, un botón:




Beatriz González Villegas.