viernes, 27 de diciembre de 2013

Desaparece un diabético de Pedrera de forma misteriosa.

Pedrera es un pueblo de la provincia de Sevilla. Lo conozco por ir con amigos a ver fósiles in situ. Cuando voy al Hospital Carlos Haya de Málaga no paso por allí, pero queda cerca. 

En pueblos como Pedrera es fácil que, más o menos, se conozcan los vecinos. Cinco mil habitantes dan para mucho "¿y tú, de quién eres?". Así que no es de extrañar que los vecinos anden preocupados por la desaparición de Manuel Sojo.

Una persona que padezca diabetes no se marcha sin la insulina. Es como si un coche se diera a la fuga sin gasoil a la Dakar, y sin patrocinadores. Algo no encajaría. Manuel marchó sin su tarjeta sanitaria, con la que podría sacar de cualquier farmacia lo que necesitase, sin insulina, y ya lo peor, con el móvil sin batería. 

No voy a especular, pero sí a recordar al padre de una amiga mía, que sufría diabetes tipo 1, que vivía en pueblo de colonización llamado Maribáñez. Se dedicaba al campo. Un día, de hace veinte años, cuando llevar un móvil era de ricos, y el cacharro tenía tamaño zapatófono de Mortadelo y Filemón, no volvió a su hora a casa. Estaba arando con el tractor, y no era raro que la faena se estirase; para cuando se alarmaron era demasiado tarde. Había sufrido una hipoglucemia severa y había entrado en coma. Del coma le sacaron en el Virgen del Rocío de entonces, sí, pero con lesiones cerebrales graves que le dejaron sin habla.

El caso de Manuel lo lleva hoy la Guardia Civil. Esperemos que se haya ido a vivir la vida loca, sin querer dejar rastro. No voy a plantear ninguna otra opción.










Bueno, vamos a ver si cambio de tercio porque me está entrando la tristeza por las venas. Si me entero de algo, aquí, en el rincón del cotilleo diabético os lo contaré. Seguro que él mismo tendrá mucho que decirnos.









Beatriz González Villegas.










Imagen: http://3.bp.blogspot.com/--LC56t4ekU8/UrDozIQPKLI/AAAAAAAAI78/Zysp4_Z9TxM/s1600/MANUEL+SOJO+GUILLEN+2.jpg